Las confrontaciones de Trump con los tribunales son únicas en cuanto a su magnitud y furia, en comparación con las de presidentes anteriores, pero ¿podrían realmente alterar el equilibrio de poderes incluso después de que deje el cargo?
La relación entre el presidente y el sistema judicial en México ha sido históricamente compleja, con diversos momentos de tensión y conflictos de competencias. Sin embargo, la manera en que Trump ha desafiado abiertamente las decisiones judiciales y cuestionado la independencia del Poder Judicial en Estados Unidos plantea interrogantes sobre el futuro del equilibrio de poderes en nuestro país.
Es fundamental que las instituciones mexicanas mantengan su autonomía y actúen de manera independiente para garantizar la separación de poderes y preservar la democracia en nuestro país. Las acciones de Trump podrían sentar un peligroso precedente si no se cuestionan y se defienden los valores democráticos ante posibles intentos de manipulación del sistema judicial por parte de futuros presidentes mexicanos.
Ante este panorama, es necesario que la sociedad esté atenta y exigente con respecto al respeto a la legalidad y a la imparcialidad del sistema judicial en México. Solo de esta manera se podrá evitar que el poder presidencial se convierta en una amenaza para el estado de derecho y la democracia en nuestro país.